Ella no paraba de sollozar tumbada en el colchón,
rodeada por los brazos de su amiga,
contándole con tristeza como echaba de menos a su amigo,
aquel que había aportado tanto a su vida,
el mismo que días atrás le demostró lo poco que ya le importaba,
aquel que hubiese dado mil cosas por verla feliz,
y que ahora se encontraba indiferente,
por cualquier cosa, por pequeña que fuese, que a ella le pasase.
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