Drown

Su boca caliente luchando contra la superficie de mi piel y mis monstruos asustados de la magnitud de su poder. Huyen despavoridos en busca de un lugar donde esconderse y sacar lo peor que llevan dentro.

Arrasaste la tierra con tu paso lento y cuidado; quemaste los vastos bosques de maleza que sembró en mí el pasado. No hubo rosa ni jazmín capaz de huir del líquido carmín que brotaba de mis heridas. Ni la primavera pudo hacer florecer la belleza. Apareciste tú y querías cambiar la historia. No se cual es el olor de tu verde pradera donde brotan tus manías y maravillas; si me dieses un minuto sobre tu ombligo, la conocería. Dame ese tiempo.

 Quiero golpes de cariño de esos que asesta tu razón por orden de tu corazón. Podrás seguir caminando por el desierto de mi alma, y cuando lo hagas, sigue siendo agua y derrámate sobre mí. Harás barro de lo que un día fue polvo. Con él podré envolver a esos seres ahuyentados; les mataré y colgaré sus cuerpos en mis vitrinas de colección. Admiraré entonces cada mañana con fingido asombro su desgracia, para recordarme a mi misma que ya no pueden hacerme daño. Que me salvaste. Que me has liberado.